Demasiado obvio para entenderlo, porque se empeñaba en hacerlo lo más complejo posible, tan complicado. Como si fuera fácil decir ese "no" gélido y distante, como si fuera sencillo mantener la mirada vidriosa en alto. Y aún con los dedos fríos, no dejaba que le tomase la mano, porque cualquier acercamiento dolía, porque en cualquier momento iba a romperse, y no, no iba a permitir que le vise caer.
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Mi termometro marca 30.2º
;O;
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