No, finjo que no espero nada.
Pero espero, espero tanto.
Mucho.
Ese día me pasaron cosas y había caminado tanto, y estaba cansada y no tenía nada de suerte.
Y aparecío el.
Le dí la galleta y me miró con unos ojitos tan, tan llenos de algo. Me bajé de la micro y el no pudo y se fue y lloré como niñita de 3 años. Porque me dio pena, de esa pena cuando se te pierde la mamá y no la encuentras nunca.